Superando la ruptura de pareja con psicoterapia
marzo 25, 2023
Por Isabel Cristina García Tovar
La ruptura de una relación puede ser una de las experiencias más dolorosas a las que nos hayamos enfrentado en nuestra vida. A menudo, las personas que atraviesan una ruptura pueden sentir un duelo similar a la pérdida de un ser querido.
Conocer las fases del duelo y comprender mejor nuestras vivencias durante este período, puede ayudarnos a manejar mejor las situaciones difíciles que surgen en este duelo. Este duelo nos prepara para cerrar una etapa y comenzar un nuevo capítulo en nuestra vida.
En este artículo, exploraremos las cuatro fases del duelo. Además de, cómo la psicoterapia puede aportar una guía y un apoyo que acompañe en el afrontamiento del duelo y la reconstrucción de una nueva vida.
El duelo por ruptura de pareja es un proceso que puede llevarnos a sentir u n a variedad de emociones, desde la tristeza y la ira hasta la confusión y la frustración.
Un camino del duelo por la ruptura tiene 4 fases.
El duelo no tiene una duración definida, pues cada persona pasa por su proceso personal, en función de su personalidad, las pérdidas que impliquen la ruptura y los cambios que supone la nueva situación.
Aunque cada persona vive el duelo de forma diferente, las 4 fases en muchas ocasiones facilita que entendamos mejor las vivencias que estamos experimentando. Por lo que estas fases no siempre las vivimos de forma lineal.
Fase de shock o negación.
En esta fase, niegas que la relación ha terminado. Puede sentir tus emociones anestesiadas o fluctuar a un estado de rabia o de intensa aflicción de forma repentina.
Su función es la de ayudarte a asumir la ruptura cortando el sufrimiento en pequeños trozos para que luego los asimiles de uno a uno.
La psicoterapia tiene como objetivo que las sesiones sean un lugar de acompañamiento y apoyo. Que puedas entender mejor los sentimientos y emociones que vayas experimentando. Además, el que cuentes con más información sobre la fase del duelo por la que atraviesas puede aliviar parte del malestar.
Fase de anhelo o búsqueda de la persona querida.
Es una fase de descarga emocional. Experimentas, emociones de rabia y congoja intensa. Puedes culparte a ti o a otras personas, aparecen sentimientos de injusticia, desamparo y de enfado. Disminuye la memoria y la capacidad concentración para llevar a cabo las tareas cotidianas.
La psicoterapia ayuda a la expresión de la ira y entender su significado. Se trata de que vuelvas a experimentar emociones relacionadas con la persona y la relación que ha terminado: necesidades, recuerdos, deseos, expectativas. De esta manera, pueden ir perdiendo la carga emocional que genera malestar.
Fase de desorganización o desesperanza.
Esta fase se caracteriza por una tristeza profunda y experimentas apatía y desinterés por ti y por lo que le rodea. Es una fase en que puedes cambiar o perder hábitos de vida saludables y aislarte de tu entorno.
Pueden aparecer también sentimientos de culpa al reorganizar tu vida y sus consecuencias como: cambios de vivienda, las relaciones familiares y de amistad, entre otras. A veces, este sentimiento de culpa puede aparecer en momentos en el que eres capaz de sonreír o reír en un evento social o empiezas a sentir momentos de alegría.
El duelo por ruptura es el proceso inverso a la de formar una relación, ya que se van desatando los lazos que te unían a esa persona. En psicoterapia puedes entender mejor por qué estos sentimientos y emociones afectan tu vida. También puedes recuperar o potenciar tus habilidades o herramientas para gestionar la tristeza, el dolor, y poder afrontar mejor los desafíos con los que te vayas encontrando en el proceso.
Fase de reorganización.
El recuerdo de la persona amada ya no te genera el dolor intenso de las fases previas, y se integra en tu vida incluso de una forma reparadora. La última fase es abrirte a nuevas experiencias significativas para ti.
La terapia te puede acompañar y orientar tu mirada hacia el futuro y a dar un nuevo significado a tu vida, reconstruyendo a la luz de tu nueva situación vital.
En ocasiones, también pueden desarrollarse o volver a surgir partes de tu identidad personal que no tenían cabida en la relación, y que han podido estar acompañadas de culpa.
Al final de este camino de duelo, no eres la misma persona.
El camino duelo puede ser una oportunidad para conocernos mejor a nosotros mismos. De descubrimiento de la totalidad de quiénes somos.
Los cambios posteriores a la ruptura pueden hacer que saquemos a flote cualidades, habilidades y fortalezas que teníamos olvidadas o que estaban aun sin descubrir en nosotros. Este aprendizaje puede suceder, aunque sea un camino muy difícil. Es una experiencia en tu vida que pasa a formar parte importante de quién eres.
¿Y tú, qué opinas? Estaré encanta de leerte.
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