Me ha ayudado a identificar muchos patrones disfuncionales en mi forma de pensar y, por consecuencia, de actuar. Me ha ayudado a conocerme a mi misma y a aceptar las cosas que me gustan menos de mi misma.
A lo largo del proceso terapéutico me he visto más segura en mis opiniones y en mis decisiones y creo que he aprendido a tratarme con más amabilidad en los casos en los que cometo errores. Esto se refleja en mi forma de afrontar mi día a día. Creo que ahora me siento más segura a la hora de tomar decisiones, no pregunto tanto a otras personas acerca de lo que debería hacer. He aprendido a poner límites y a sostenerlos a pesar de que haya presión por parte de otra gente.